BORDADOS EN ORO, PLATA Y SEDAS

El bordado en oro y plata proviene del siglo XVII. Tras terminar el diseño, Bordados Salteras procede a su despiece mediante plantillas de cartón, un método propio, con un acabado más preciso y limpio que el sistema de muñequilla con añil o polvo. Cada pieza se teje en bastidores individuales a partir de un fieltro amarillo. Diferentes tipos de hilos (liso, briscado, camaraña, torzal o cordoncillo) acompañan a las bordaduras tradicionales (setillo, media onda, ladrillo, puntita, puntita doble, mosqueta, dado, muestra armada o jiraspe). Un mismo fragmento puede estar elaborado hasta con tres puntos distintos, enriquecido a la postre con hojilla, lentejuela o canutillo. De ahí pasa al soporte definitivo, al cual se cose y se perfila. Confeccionar la pieza es el último paso.



El bordado en seda, con punto milanés por ejemplo, se practica directamente sobre el tejido de la pieza o aparte para casos de cartelas y segmentos con un especial relieve.